El camino hacia la “energía cero”
Existen varias certificaciones internacionales para mejorar la eficiencia energética, pero ¿qué tan viables son? ¿realmente contribuyen al medio ambiente?
La Union Europea (UE) adoptó una estrategia para que los proyectos, tanto nuevos como ya construidos, paulatinamente cumplan una eficiencia energética cercana a cero. Además, estableció una metodología de cálculo para verificar periódicamente el cumplimiento mínimo de parámetros y así poder llamar a estos edificios de “energía cercana a cero”.
Por definición de la UE, un edificio de consumo de energía casi nulo “es aquel que cuente con un nivel de eficiencia energética muy alto. La cantidad casi nula o muy baja de energía requerida debería estar cubierta, en muy amplia medida, por energía procedente de fuentes renovables, incluida energía procedente de fuentes renovables producida in situ o en el entorno”.
Por otra parte, a finales de 2019 circuló la noticia acerca del primer edificio en América Latina que busca la certificación Nearly Zero Energy Building (nZEB) que emplea la metodología de Living Building Challenge basada en el documento “Petal Handbook”. Se trata del proyecto OUM Wellness en México.
Dicho manual se compone de 7 pétalos, los cuales son:
- Pétalo de energía. Su objetivo es propiciar que el medio ambiente construido dependa únicamente de formas renovables de energía y opere todo el año de manera segura y sin contaminar. Además, prioriza la reducción de consumo y optimización antes de aplicar soluciones tecnológicas, para así eliminar el gasto despilfarrador de energía, recursos y dinero.
- Pétalo del agua. Consiste en reorientar la forma de utilizar el agua evitando su mal uso en los edificios. Uno de sus principios es enfatizar que es un recurso preciado.
- Pétalo de salud y felicidad. Su propósito es concentrarse en las principales condiciones ambientales que deben estar presentes para crear espacios sanos.
- Pétalo de materiales. Con él se busca crear una economía de materiales no tóxicos, que resulte ecológicamente regenerativa, transparente y socialmente equitativa.
- Pétalo de la equidad. Se enfoca en transformar los desarrollos para fomentar un verdadero sentido de comunidad incluyente, justo y equitativo, independientemente del origen, edad, clase, raza, género u orientación sexual de la persona.
- Pétalo de la belleza. En él se reconoce la necesaria belleza como incentivo y motivación para preservar y conservar lo que nos rodea. No pretende juzgar lo que es belleza o imponer valores estéticos. Trata de entender los puntos de vista de las demás personas y estar seguros de que se hizo un esfuerzo por enriquecer la vida de todos la construcción de un proyecto.
- Pétalo del lugar. Consiste en realinear cómo la gente entiende y se relaciona con el medio ambiente natural que nos rodea.
Sin embargo, existen otras metodologías y certificaciones internacionales, algunas cuentan con grados, por ejemplo, cero agua, cero deshechos o cero emisiones de carbono. Pueden resultar buenas y otras no tanto, ya que en lugar de beneficiar, perjudican al solo vender una falsa idea de contribución ambiental.
Es cierto que contamos con varias alternativas para lograr la eficiencia energética cero, pero el conseguirla no significa que la edificación sea benéfica para el medio ambiente o, en el mejor de los casos, no dañe.
¿Por qué? La respuesta es sencilla, en México, por ejemplo, 85 % del territorio tiene las condiciones óptimas para generar energía solar, lo que nos hace pensar que si en las cubiertas de todos los edificios se colocaran paneles fotovoltaicos sería suficiente para no requerir del abastecimiento de energía eléctrica de la red municipal. Probablemente sea cierto. Lo realmente importante es que no todas las certificaciones prevén la tasa de retorno energético (relación entre la energía producida por una fuente y la cantidad de energía invertida para crear esa fuente energética) de los sistemas aplicados a un proyecto. En la mayoría de los casos, no devolverán el costo energético de implementación.
Algunas de las fuentes de energía renovables son:
- Celdas solares
- Aerogeneradores
- Celdas de combustible
- Calefacción con uso de biocombustible
- Colectores solares
Cabe resaltar que éstas son solo algunas de las fuentes de generación, pero como se mencionó anteriormente y tal como lo marca el “Petal Handbook”, deben acompañarse de otras estrategias, como arquitectura bioclimática la cual consiste en diseñar a partir de las condiciones climáticas del lugar, además de aprovechar los recursos naturales (sol, lluvia, viento) y de esta manera reducir el consumo energético requerido por el edificio.
Por último, es importante mencionar que los edificios de energía cero suelen conectarse a la red municipal y utilizar medidores de doble vía porque, según las condiciones climáticas, durante algunas épocas del año producirá energía por debajo de la necesaria para su funcionamiento y, por el contrario, en otras estaciones generará más energía de la requerida y podrá inyectarla al sistema eléctrico general, derivando así en un balance real de cero energía.
Fuente: Iluminet.com